martes, 8 de mayo de 2012

Soneto 3- Carlos Delgado








El siguiente es un soneto escrito por mi padre. Este soneto fue parte de un libro que recopilaba muchos escritores hispanos. Este poema fue dedicado para mi mami.








Soneto 3



Surges, color de líquido quemado
con tu boca repleta de mil besos
y es tu cuerpo, canciones de cerezos
ascendiendo al oído enamorado.


Tus ojos son cuchillos despiadados
y tienen todos mis sentidos presos 
cubiertos por amores y embelesos
que ignoran que has tomado o regalado.


De raíz armoniosa y fértil tierra 
va mi sangre sin peso por tus venas
y penetra ardorosa tu estatura

Y busca al hijo que tu carne encierra
y así dos corazones son colmenas 
donde crecen espigas de ternura.



© Carla Delgado Sparks

lunes, 7 de mayo de 2012

Ministerio- Parte 2



Mientras cumplía mi rutina diaria de levantarme, atender a los niños y todo lo demás me acordaba de este verso. 


" Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo." 
Mateo 22:36-40


Resonaba este verso en mi mente por que primero Jesús nos manda amarlo a El sobre todas las cosas y luego a nuestro prójimo como así mismo. Y aunque en mi anterior blog Ministerio-Parte 1 senale la importancia de que Dios debe ser nuestro primordial motor para todos lo que hagamos. 


El segundo es la gente. El amor hacia nuestro prójimo no viene con facilidad a menos que tengamos el amor de Dios en nuestras vidas y una relación con El diaria. Empece escribiendo este blog pensando en esposas de pastores pero muy pronto me di cuenta que lo que hay que enfatizar es que somos ovejas de su rebaño. Sobre nosotros cae el mismo mandamiento que le mando a los discípulos y a todos en general no importando el llamado especifico. 


"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones" Mateo 28:19


Me pregunto estoy cumpliendo ese llamado para con mi prójimo? Este un acto de obediencia a Dios y nunca deberíamos de perder la oportunidad de discipular, animar o evangelizar a todos a nuestro alrededor.


© Carla Delgado Sparks