viernes, 27 de febrero de 2009

Lo que creia

Por muchos años siempre estuve involucrada en los diferentes ministerios parte de la iglesia. Pensé en aquel entonces que Dios me iba a llamar a ser misionera y me estaba preparando y equipando en todos lo diferentes ministerios. Como dije, pensé en mi humana y limitada mente!!! Me apasionaba la Escuela Dominical, las células o grupos pequeños, la alabanza, drama, jóvenes… en fin. Si había algo por hacer, quería ser la primera en alzar la mano para ayudar. Dios creo en mi un corazón para amar su obra y por sobre todas las cosas a El. Así que dije para mis adentros -quizás sea África, Arabia Saudita, China o algún país olvidado o muy restringido en medio de la nada-.


Nada de eso un tiempo después Dios llamo a mis padre y a mi a mudarnos a USA. Por esas cosas de la vida no éramos misioneros, ni pastores, ni nada por el estilo. Simplemente Dios abrió las puertas. Tampoco había necesidad, ni planes de venir. Para nada!!! Solo un día abrimos un paquete del correo en mi país natal. Donde decía que nos habían elegido para ser residentes. No lo podíamos creer. Mis padres y yo. AAAAAHH!!! Si emocionante, parte de los grandes planes de Dios. No tardamos en tomar la resolución de mudarnos inmediatamente.

Afrontamos diversas pruebas, pero como dice en la Biblia “Sus (Dios) pensamientos no son nuestros pensamientos” Dios tenia el hombre destinado para mi aquí, un Pastor. Que privilegio. El llamado era ese ser el soporte y la ayuda idónea de un hombre que dedica su vida a tiempo completo para el servicio de Dios. Para eso Dios me había equipado todos esos años. Ahora en la iglesia que estamos hay tanto por emprender, por iniciar, por trabajar, por labrar y a su tiempo cosechar.

Que privilegio ser llamados a la obra de Dios. Poder ayudar a otros, alcanzar esa meta divina. Ese supremo llamamiento.

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